Mi Alpinismo
Ascensión al
Veleta
Mayo de 2006
Paco está
fanático por realizar su primera actividad invernal seria. Se
compró unos crampones este año y todavía no ha
tenido tiempo para estrenarlos. Así que como primera
lección de técnicas de manejo de crampones y piolet le
propongo subir al Veleta.
Se trata de una ascensión sencilla pero con buenas pendientes
donde aprender a manejarse con los crampones y el piolet, además
de practicar técnicas de autodetención. Aprovechamos que
la estación de esquí acaba de cerrar y planificamos
realizar la subida por las propias pistas. La poca nieve que queda
está ahí y tendrá unas condiciones estupendas.
Dado que se trata de una ascensión "en el día" saldremos
el día 30 de Abril por la tarde desde Alicante para dormir cerca
de los albergues, en un rinconcito que no pienso decir a nadie donde
está (je,je). Al día siguiente 1º de Mayo (que mejor
forma de celebrar el día del trabajo) madrugaremos e
intentaremos cumbre. Después de la actividad volveremos el mismo
día de vuelta a casa. La predicción metereológica
no puede ser mejor: heladas a partir de 2200 metros, cielos despejados
y vientos flojos.
El viaje Alicante-Granada se ha hecho ya rutinario para nosotros. Cada
vez nos resulta más corto y a eso de las 21:00 estamos cenando
en la bella ciudad andaluza. Después de unas típicas
roscas y tapitas de la zona cogemos el coche para ir a nuestro
"nidito". Un precioso lugar entre pinos a unos 1800 m. de altitud donde
no nos molestará nada ni nadie.
El despertador suena a las 5:00 y desayunamos. La temperatura es de
2.5º y todo está mojado por la escarcha. Esto empieza bien.
Alrededor de las 6:30 estamos en la zona de los albergues de la Hoya de
la Mora y comenzamos a andar. El Veleta muestra su silueta desafiante
en el amanecer.
Comenzamos las primeras rampas nevadas a través de la pista del
águila. Decididamente es la opción más acertada,
pues el resto de la loma está libre de nieve. Nada más
pisarla constato la dureza de la misma y hago resplandecer una sonrisa
a Paco con mis palabras: "A ponerse los crampones ¡ YA !"
Comienza la ascensión y poco a poco nos vamos acostumbrando al
tacto de los crampones en la pendiente helada.
Estamos cerca de los 2600 m. de altitud y se nota que nuestro cuerpo no
está aclimatado (hace unas horas estábamos al nivel del
mar). Así, la ascensión es a un ritmo muy lento en
comparación con la actividad a nivel del mar.
Poco a poco el veleta está cada vez más cerca y podemos
vislumbrar cuál será nuestro itinerario a través
de las pistas: por donde más nieve haya y más pendiente
encontremos. Si no se sufre un poquito se disfruta un poco menos (o eso
dicen).
La zona de la estación de esquí de Borreguiles va
apareciendo y podemos contemplar como ascendemos en nuestro viaje a la
cumbre. Por cierto, en el tema del viento la predicción nos ha
engañado.....Sopla con fuerza y hace un frío nada
despreciable (sensación térmica de -8º o -10º).
En unas dos horas y media estamos superando la última pala a
cumbre. El camino se ha hecho corto con tan maravillosas vistas.
Finalmente, superamos el último remonte y ahora sí
tenemos la sensación de estar en alta montaña. Parece que
la presencia humana se evapora.
¡ Un último esfuerzo ! La altitud no debe hacernos
desfallecer.
¡ Qué ilusos que somos ! La cumbre del Veleta debe ser la
más alterada por la mano del hombre de toda España.
Espectacular la construcción-refugio que hay al lado del
vértice geodésico. Son las 10:00 y pisamos los 3392 m. de
altitud.
Paco recorre entusiasmado los escasos metros hasta el vértice
geodésico. Es su primera cumbre invernal. Y ahora que lo
pienso...Si también es la mía ¡ Enhorabuena
José Ángel ! Tantas veces he desistido en llegar a una
cumbre en condiciones invernales que pensaba que ya había estado
allí.
Y las vistas de las grandes cumbres de Sierra Nevada son espectaculares.
Toda ascensión no finaliza hasta que se regresa a la base de la
montaña (o hasta donde está el coche en nuestro caso) y
nos disponemos para el descenso. Esta es quizás la parte
más delicada de toda actividad alpina: se han perdido fuerzas en
la ascensión y la confianza puede hacernos cometer un error.
Ahora a practicar el cramponaje en descenso.
Tengo que destacar aquí la abominable visión que nos
aconteció en este momento. Unos insensatos (por llamarlos de
alguna forma) ascendían hacía el refugio de la Carihuela
sin crampones ni piolet. Trataban de guardar el equilibrio pisando en
las heladas huellas de otros montañeros....En fin, luego suceden
lamentables accidentes. Nadie está libre de sufrirlos, pero una
adecuada formación y material evita grandes males.
Pero nosotros a lo nuestro, a disfrutar de las vistas en el descenso.
El sol ilumina de forma completa la montaña y se retratan
paisajes espectaculares.
Cada vez queda menos para dejar de contemplar estas maravillosas vistas
invernales. Esperemos que la próxima temporada sea igual o mejor.
Ya casi estamos en el coche. La nieve ha desaparecido y contemplamos
por última vez al Veleta.
Sólo
nos queda darnos un "pequeño" homenaje gastronómico en
uno de los muchos restaurantes de la sierra a base de productos
típicos de la zona. Y a casita a descansar después de un
duro día de trabajo.
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