Mi
Alpinismo
Invernal al Mulhacén
Noviembre de 2006
El
inicio de mi temporada particular 2006-2007 se ha retrasado. El agobio
laboral del mes de octubre ha hecho que no se realizara nuestra ya
clásica salida de montaña del puente de Octubre. Paco me
recrimina (con razón) que este año soy un traidor y mis
escusas "laborales" son pura palabrería.
En el fondo tiene razón, porque la mejor forma de desconectar
del trabajo es pasar unos días en la montaña.....Tu
preocupación ya no es acabar el trabajo a tiempo, si no que es
alcanzar el vivac antes de la fría noche, poner todos los
sentidos al cruzar un pasaje delicado....Y sobre todo alcanzar la
satisfacción personal de la cumbre hollada y la libertad que en
ella se respira.
Afortunadamente (crucemos los dedos) este año la temporada
invernal se adelanta en fechas. Después de desestimar una
escapada a Pirineos (nos informan de que la nieve está a cotas
muy altas y el tiempo se prevee regulín) decidimos ir a nuestra
cercana Sierra Nevada. A principios de Noviembre ha nevado a unos 2900
metros y las webcams de la estación de esquí nos
proporcionan una imagen esplendorosa. Parece que hay una capa continua,
así que por lo menos la cumbre estará blanca.
Nos nos demoramos y nos planteamos una actividad de cierta "dureza"
para nuestra forma física en el inicio de temporada. Alcanzar la
cumbre del Mulhacén desde los Albergues en el día.
El plan es salir el viernes por la tarde, 10 de Noviembre, para dormir
en nuestro rinconcito secreto (je,je) de la sierra, antes de llegar a
los Albergues.
Sábado 11 de Noviembre: Toque de diana a eso de las 6:00 para
empezar a andar a eso de las 7:30 desde los Albergues. Subida al
refugio de la Carihuela y recorrido por el carril hasta el refugio de
la Caldera. Ascensión al Mulhacén y pernocta en el
refugio de la Caldera.
Domingo 12 de Noviembre: Tempranito de vuelta para el coche que hay que
volver a Alicante.
Esas eran nuestras pretensiones mínimas, y en eso quedaron:
mínimas y cumplidas. A pesar de que los cuerpos se resienten
más cada año que pasa, no estamos muy mal al principio de
la temporada. Y esta es la crónica.
El despertar del sábado a las 6:00 me reconforta: he dormido de
un tirón como hacía tiempo que no ocurría. Parece
ser que la terapia
"duerme-en-el-puñetero-suelo-dentro-de-un-saco" es la
solución definitiva al insomnio por estrés laboral.
Subimos a los Albergues y nos equipamos. De momento nada de nieve (ya
lo sabíamos) y ascenderemos a ritmo ligerito que el día
acorta ya y no sabemos que vamos a tardar en llegar a la Caldera. El
perfil del Veleta nos vigila en el ya evidente amanecer (al final
empezamos a andar a las 7:45).
Pronto las primeras luces nos descubren la visión de la tan
esperada nieve...Pero tendremos que llegar hasta los 3000 metros para
alcanzarla.
La ascensión nos está resultando cómoda...El haber
dormido a una altura considerable respecto de Alicante nos permite
avanzar a buen ritmo, alejándonos cada vez más del mundo
"civilizado".
La zona de los Tajos de la Virgen invita a recorrer su preciosa arista
nevada.....Un buen reto para esta temporada.
Pero finalmente alcanzamos las Posiciones y el Veleta nos pide que
calcemos por primera vez los crampones.....No nos hacemos de rogar, ya
que la nieve está realmente dura.
Paco siempre disfruta cuando hielo y acero interaccionan y sentimos el
maravilloso crepitar de la nieve.
Y después de unas dos horas y media de ascensión
alcanzamos el refugio de la Carihuela. Aquí se despejó
una de nuestras dudas más importantes: la cara sur de la sierra
tiene incluso más nieve que la cara norte.
Ahora podemos vislumbrar cuál será nuestro itinerario
hasta el refugio de la Caldera. Seguiremos el ya conocido carril
realizando este recorrido, por primera vez para nosotros, entre cumbres
nevadas.
La nieve está sin transformar completamente, pero gracias al
espesor de unos 20 cms el paso no se hará lento. En este momento
tenemos el primer aviso de que, a pesar del buen tiempo, la alta
montaña es peligrosa. De los farallones del Veleta caen
continuamente trozos de hielo y piedras que acaban en el carril. Su
irrupción es imprevisible, pero siguen un aleatorio ritmo que
hace poner en alerta los sentidos.
Apuramos el paso en aquellos lugares donde el camino está
sembrado de proyectiles, y en aquellos donde el peligro desparece
disfrutamos del recorrido. La laguna de Aguas Verdes nos augura que el
agua ha regresado a la sierra después de una sequía
importante.
Las vistas son estupendas y nuestros ojos se recrean con la belleza del
manto blanco de la montaña.
Al
cabo de una hora alcanzamos el paso excavado en la roca que nos lleva
al valle de las lagunas de Río Seco.
Ya nos queda menos para llegar a la Caldera. En otra hora de marcha
alcanzamos el refugio y podemos contemplar la larga pala nevada en que
se ha convertido la cara Oeste del Mulhacén.
Es la una y cuarto de la tarde y decidimos acometer la ascensión
hoy mismo. Con el regreso hasta los Albergues al día siguiente
tendremos suficiente. En el refugio conocemos a unos holandeses que se
dirigen hacia el refugio del Poqueira. Les sorprende la presencia de
nieve en nuestra sierra.
Después de comer y beber algo acometemos la sencilla
ascensión del tipo "pasito a pasito" hasta la cumbre. La
temperatura es excesiva (unos 18-20 grados) y decidimos subir
sólo con bastones. La nieve está blanda y no parecen
necesarios.
Sin embargo la montaña nos vuelve a avisar: nunca te
confíes....Habéis cargado con el peso de piolets y
crampones hasta aquí...Habéis rechazado emplearlos por
que no parecen necesarios...¡ Pues hala ! Un par de tramos de
nieve durita para que os caguéis un poquito....Y además
donde hay más pendiente....
Después de algún que otro paso donde clavar la bota era
fundamental el calor empieza a provocarme estragos....No he tomado
suficiente líquido y a unos metros de cumbre tengo un par de
tirones en el muslo.... A beber líquido y no forzar que hay que
descender.
Al fin, tras una hora y cuarto de ascensión (son las 15:30)
alcanzamos el techo peninsular, esta vez con un manto blanco que
embellece la cumbre.
Desde ésta podemos contemplar que la Alcazaba no ha sido
tan agraciada y presenta menor espesor.
Disfrutamos un poco más de las vistas, pero no nos demoramos
mucho en la cumbre, pues el descenso se puede complicar si la nieve se
endurece.
Afortunadamente no es así, y con precaución descendemos
hacia el Collado del Ciervo, variando la ruta respecto de la
ascensión. Allí podemos contemplar la espectacular imagen
de la laguna de la Mosca entre la Alcazaba y el Mulhacén.
Alcanzamos finalmente el refugio de la Caldera, que en nuestra ausencia
se ha llenado de bastante gente. Es el precio a pagar por el descanso
en un lugar cómodo. Dejaremos para otra ocasión el
confortable pero más duro vivac.
Decidimos madrugar y al amanecer estamos partiendo del refugio hacia el
collado de la Carihuela.
El sol empieza a calentar la gélida mañana y nos avisa de
que nuestros sentidos deben estar alerta.
Afortunadamente es pronto y el desfile de bloques de hielo
todavía no ha empezado. El paso de los Machos es un lugar
conflictivo y esperamos que la suerte nos acompañe al cruzarlo.
Después de ver pasar varias rocas por el carril, alcanzamos el
último tramo de la vuelta: la ascensión a la Carihuela,
donde las verticales paredes del Veleta y picos aledaños esperan
descargar el peso que el sol libera.
Sin más contratiempos alcanzamos el refugio de la Carihuela,
donde tomamos una última imagen de la cumbre hollada.
Queda el descenso hasta los Albergues, recorriendo con
precaución los tramos más helados de la cara Oeste del
Veleta.
Llegamos al coche alrededor de las 11:30 y decidimos partir de
regreso inmediatamente. Han sido dos días inmejorables para
iniciar la nueva temporada. Esperemos que este año sea como el
anterior, y si puede haber más nieve mejor.
Noviembre de 2006