Mi
Alpinismo
Alcazaba desde Trevélez (Sierra Nevada)
Octubre de 2008
Después
de un parón de actividad montañera de casi un año
(en el que hemos aprovechado para esquiar y esquiar je,je) volvemos a
reunirnos para seguir haciendo lo que más nos gusta: compartir
la montaña con los amigos.
Para empezar esta nueva temporada decidimos
quitarnos una espina que teníamos clavada cuando hace tres
años abandonamos en Siete Lagunas la ascención a la
Alcazaba
(3364 m.s.n.m.). En aquel mes de Abril de 2005, el frío
y un mal equipamiento para vivaquear hizo que paseáramos una
pesada mochila de Trevélez a Siete Lagunas ida y vuelta en el
día.
Como ya sabemos que podemos hacer el recorrido ida y vuelta de
Trevélez a Siete Lagunas con mochila pesada, decidimos intentar
el siguiente itinerario:
Dia 1: Viajecito de Alicante a Trevélez. Esta vez optamos
por el acceso a través del puerto de la Ragua. Buena
elección, porque el viaje será menos pesado que por la
costa de Almería.
Dia 2: Salida temprano de Trevélez para iniciar el ascenso
a Siete Lagunas. En unas 5 horas deberíamos llegar. Una vez
allí, dejaremos el material de vivac y ascenderemos a la
Alcazaba por la Loma Culo de Perro (sí, el nombrecito es ese y
nos gustaría saber por qué). Después,
descenderemos a Siete Lagunas por el Colaero y vivac en la Laguna
Hondera.
Dia 3: Descenso a Trevélez y de vuelta para Alicante. Esta
vez decidimos volver por Lanjarón y Granada, por lo que hemos
conseguido conocer toda la Sierra (eso sí, en coche ja,ja). El
recorrido es más largo en tiempo (una media hora más que
la ida), pero el sufrido conductor agradece una carretera más
cómoda.
Así, el viernes 3 de octubre de 2008 José Miguel y yo
salimos desde Alicante para recoger a Paco en Albatera y llegamos a
Trevélez a eso de las 21:30. Cenamos y fuimos al camping para
dormir. Teníamos pensado vivaquear en algún rinconcito,
pero la última vez no encontramos nada y al final el camping nos
ofreció una cabaña a buen precio. Por lo menos esa noche
vamos a dormir cómodos.
A las 8:00 de la mañana del sábado ya estamos en el
Barrio Medio de Trevélez para iniciar la ascensión.
Comprobamos todo el material de las mochilas para que no se nos olvide
algo, que hace mucho tiempo que no dormimos fuera de casa.
Pero sobre todo, que no falten las botellas de vino para celebrar la
cumbre je, je.
Tras las primeras rampas en pleno pueblo, alcanzamos la vereda de
ganado que nos conducirá al cortijo de Piedra Redonda.
A pesar de estar empedrada para evitar los barrizales de las lluvias,
el camino está encharcado en algunos puntos debido a las
últimas lluvias. Afortunadamente, en los repechos las piedras
ayudan a avanzar cómodamente.
Una vez se alcanza el cortijo de Piedra Redonda (1850 metros) comienza
la verdadera subida. De momento la mochila no hace mella y vamos a un
buen ritmo.
Nubes bajas cubren el cielo, y eso permite que la temperatura sea muy
agradable, pero a pesar de eso el bochorno para este mes de Octubre es
excesivo.
En unas dos horas alcanzamos la denominada Campiñuela.
Allí hacemos una paradita para beber y picar algo.
Las nubes no desaparecen y empezamos a dudar de si la predicción
de buen tiempo se cumplirá. Todavía no podemos ver
nuestro objetivo, pero sabemos que está ahí arriba.
Finalmente, al atravesar la barrera de los 2400 metros, las nubes se
retiran y el cielo queda completamente despejado. El ánimo es
cada vez mayor.
A partir de aquí, algunos ya empezamos a notar el efecto de la
altitud (hace mucho tiempo que no subimos tan alto) y del peso del
armario que llevamos a la espalda. Pero la visión de las
Chorreras Negras
nos indica que ya casi estamos.
LLegamos al pie de la cascada, donde tomamos la vereda marcada con
hitos que supera la chorrera por la parte derecha.
Desde allí, podemos contemplar toda la ascensión desde la
Campiñuela.
Aquí ya se nota el cansancio. Hemos tardado cuatro horas y media
desde Trevélez.
Y la recompensa es llegar a Siete Lagunas con un increible mar de nubes.
La verdad es que la imagen de la cañada desmerece mucho en el
otoño. Las nevadas convierten este paisaje en algo realmente
precioso.
Bueno, ya estamos en Siete Lagunas. Decidimos otear la ruta a seguir
para subir a la Alcazaba.
Y, claramente, optamos por remontar la loma que sube al
Peñón del Globo y continúa hasta el Puntal de la
Cornisa. De allí a la Alcazaba no debemos tardar mucho. Dejamos
todo el peso innecesario en el vivac que utilizaremos para dormir y
comenzamos la ascensión.
El Mulhacén, cada vez más cerca.
Al final nos desviamos un poco y rodeamos el Peñón del
Globo sin coronarlo, y rápidamente tenemos la primera vista de
nuestro objetivo: La Alcazaba.
Para no perder altura, nos dirigimos en un flanqueo de la ladera hasta
alcanzar el Colaero, donde la cara Este del Mulhacén retiene
todavía restos de las primeras nevadas otoñales.
Y encaramos el último repecho del día......
En poco más de 15 minutos alcanzamos nuestro objetivo: cumbre de
la Alcazaba.
Son las 16:00, así que hemos tardado ocho horas desde que
salimos de Trevélez. No ha estado mal para ser una salida "a
estirar las piernas" je,je.
En la cumbre podemos disfrutar de las preciosas vistas: la cara norte
del Mulhacén con la Laguna de la Mosca a sus pies.
La visión de los demás tresmiles de la Sierra es
impresionante: Puntal de la Caldera, Los Machos (con nieve), el Veleta,
la zona del Elorrieta y el Caballo.
Disfrutamos un rato del paisaje y de la satisfacción de haber
llegado a una de las cumbres más inaccesibles de la Sierra y,
sin duda, la que mejor vistas tiene. Pero tenemos que descender de
nuevo a Siete Lagunas, hay que cenar con luz.
Realizamos el descenso por el Colaero, una pedrera algo caótica
pero que está bien marcada con hitos.
Siempre hay alguien que te hace compañía en el camino
je,je. Hay que ver lo acostumbrados que están a la presencia de
gente, casi podías tocarlos.
Y en sólo una horita nos plantamos de nuevo en la Laguna Hondera.
Esperamos a que la sombra del Mulhacén alcanzara nuestro vivac
para iniciar el ritual de preparar la cena.
¡ Y, por supuesto, brindar con buen vino el éxito
conseguido !
Decir que la noche fue movidita....Tuvimos visita zorruna y descubrimos
nuevos sonidos que emite la curiosa fauna de Siete Lagunas (un grillo
que parece que tiene una guitarra eléctrica ja,ja). Pero el
amanecer llega, y el sol calienta la fría mañana
(sólo hemos tenido -1º C durante la noche).
Ahora queda un descenso de unas 3 horitas hasta Trevélez, con un
sol que empieza a calentar muy pronto.
Cuando alcanzamos a ver Trevélez son las 10 de la mañana.
Ya sólo queda el camino de vuelta a casa. En unas horas
volveremos a la rutina diaria, pero esta dosis de montaña nos
durará al menos unas semanas. Habrá que volver pronto.
Octubre de 2008